martes, 17 de marzo de 2009

Volvió a Casa - 2. San Agustín

San Agustín es un ejemplo de cómo la perseverancia en la búsqueda de la verdad acaba llevando al encuentro con Dios, siempre que nuestra búsqueda sea sincera. No puede ser de otra manera, siendo que Jesucristo es Camino, Verdad y Vida (cfr. Juan 14:6). Jesús nos dijo: "Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá" (Lucas 11:9), y también "si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres" (Juan 8:32-33). Agustín no hizo otra cosa que buscar la verdad, hasta que encontró a Dios.
En sus primeros años, llevado por cierta rebeldía hacia la doctrina católica que su madre (la también santa) Mónica, buscó en otras fuentes, y se dejó fascinar por las hablidades de los mejores expertos en retórica, por las doctrinas de los maniqueos y por las supersticiones asociadas a la astrología. Uno por uno se vio obligado a descartar todos esos falsos caminos de conocimiento, mientras Dios le mostraba el Verdadero Camino, y le conducía a Su Verdadera Iglesia, para regocijo de su madre Santa Mónica.
La juventud de San Agustín recuerda mucho a las vidas de tantos contemporáneos nuestros que tanto se esfuerzan en buscar algo que huela a verdadero en libros o páginas web con supuestas fórmulas mágicas para el bienestar interior y la felicidad. Dios quiera que todos aquellos que buscan en los libros de autoayuda o de filosofías orientales un camino de verdad para llenar de felicidad sus vidas puedan encontrar al Único que puede calmar su sed de Verdad, Jesucristo Nuestro Señor.
Si estás pensando volver a la Iglesia te animo a que lo hagas.
Te dejo con una serie de 5 vídeos cortos sobre la vida de San Agustín:













Acércate a una parroquia, pídele a Dios las fuerzas para hacerlo. Ánimo, Él te ama. Un abrazo y que Dios te bendiga.

1 comentario:

  1. S.Agustín... qué gran santo!! Algunas veces he escuchado que si él llegó a ser santo,cualquiera podemos llegar a serlo porque cuando era joven...quién lo iba a decir!! :) Y además, que grande, misericordioso y estupendo es el Señor que nos perdona y no sólo eso, sino que además, nos regala la felicidad eterna aunque hayamos cometido muchos errores en la vida. Esta idea me hace sentir muy querida.

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