Como prometí en mi anterior artículo, voy a dedicar los próximos a partir de éste a exponer brevemente la vida de un personaje importante de ayer o de hoy que haya sentido la llamada de Dios para caminar en la fe hacia Él.
No podíamos empezar por otro que no fuera San Pablo, el converso por excelencia, y mucho menos este año, que la Iglesia Católica ha marcado para la celebración de un Año Paulino en homenaje a tan importante santo.
San Pablo vivió durante muchos años como un judío ultraortodoxo, perfectamente conocedor de las doctrinas y la fe yavística. De hecho se destacó durante algún tiempo como uno de los más implacables perseguidores de los primeros cristianos y estuvo presente en el martirio de San Esteban, uno de los predicadores más activos y amigo de San Pedro.
Durante un viaje a Damasco en persecución de las comunidades cristianas que allí residían, Jesucristo se apareció a San Pablo y le preguntó que por qué le perseguía. Pablo cayó del caballo en que estaba montado y quedó ciego. Recuperó la vista de un modo milagroso en Damasco cuando uno de los cristianos de esas comunidades recibió de Dios la capacidad para curarle de su ceguera física. Al mismo tiempo el Señor le iba limpiando de su ceguera espiritual. Pablo dejó entonces de perseguir a los cristianos y se convirtió en un ferviente defensor de la causa de Cristo Jesús y de la incipiente Iglesia. Hizo numerosos viajes por el Mediterráneo para difundir la fe y escribió cartas a las comunidades cristianas de la época que son una referencia fundamental para los cristianos de toda época.
A continuación puedes ver un breve vídeo sobre la vida de este impresionante santo:
No podíamos empezar por otro que no fuera San Pablo, el converso por excelencia, y mucho menos este año, que la Iglesia Católica ha marcado para la celebración de un Año Paulino en homenaje a tan importante santo.
San Pablo vivió durante muchos años como un judío ultraortodoxo, perfectamente conocedor de las doctrinas y la fe yavística. De hecho se destacó durante algún tiempo como uno de los más implacables perseguidores de los primeros cristianos y estuvo presente en el martirio de San Esteban, uno de los predicadores más activos y amigo de San Pedro.
Durante un viaje a Damasco en persecución de las comunidades cristianas que allí residían, Jesucristo se apareció a San Pablo y le preguntó que por qué le perseguía. Pablo cayó del caballo en que estaba montado y quedó ciego. Recuperó la vista de un modo milagroso en Damasco cuando uno de los cristianos de esas comunidades recibió de Dios la capacidad para curarle de su ceguera física. Al mismo tiempo el Señor le iba limpiando de su ceguera espiritual. Pablo dejó entonces de perseguir a los cristianos y se convirtió en un ferviente defensor de la causa de Cristo Jesús y de la incipiente Iglesia. Hizo numerosos viajes por el Mediterráneo para difundir la fe y escribió cartas a las comunidades cristianas de la época que son una referencia fundamental para los cristianos de toda época.
A continuación puedes ver un breve vídeo sobre la vida de este impresionante santo:
Roguemos a San Pablo para que nos ayude a ser difusores fervientes del Evangelio de Jesucristo y de su Santa Iglesia, como é lo fue, y para que nos mantengamos fieles a Dios todos los días de nuestra vida, para poder llegar a compartir con Él la Vida Eterna.
Ánimo, reza a Dios y acércate a su Iglesia. Dios te quiere y cree en ti. Un abrazo y que Dios te bendiga.
Ánimo, reza a Dios y acércate a su Iglesia. Dios te quiere y cree en ti. Un abrazo y que Dios te bendiga.
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ResponderEliminarMe ha encantado el vídeo!! Sí, sí, estamos en el año de San Pablo, pero ¿quién podría dar datos sobre su vida y mensaje que no sea su muy conocida caída de caballo? Pues efectivamente, todos estamos igual, un tanto in albis... ;)
ResponderEliminarA todo esto, os animo a peregrinar a Roma y visitar la tumba de este gran santo. Yo tuve la suerte de hacerlo hace un par de meses con mi novio y allí, rezamos juntos, confiando que San Pablo nos dé fuerza para evangelizar esta España tan perdida que tenemos. Y además... Roma es siempre una buena opción, es tan bonita!! Espero que la monedita lanzada a la Fontana de Trevi me permita volver pronto ;) Unidos por la oración.