Una de las cosas más bonitas que me regaló el Señor durante la peregrinación a Roma en 2007 fue el iniciarme en el rezo del Santo Rosario. Desde entonces lo he rezado casi todos los días. Al principio simplemente sentía curiosidad por saber en qué consistía aquello. Como ya he contado en otros artículos, durante esa peregrinación sentí un deseo fuerte de conocer realmente esa felicidad y sentido de la vida que veía en la mayoría de los peregrinos que me rodeaban.
Mis primeros Rosarios los compré en esos días, uno en Asís y otro en el Vaticano. Siempre había sentido mucha curiosidad por saber qué era eso del Rosario, y me llamaba la atención porque me recordaba a unos collares de cuentas que sabía que se utilizaban para la meditación de mantras en algunas religiones orientales. Pero tenía una idea muy lejana de esta devoción, como si fuera algo propio de siniestros monjes medievales o algo así, o bien de personas masoquistas o de ancianas aburridas. Dios utilizó el momento que Él creyó más propicio para hacerme ver que estaba totalmente equivocado.
Cuando estábamos en Castelgandolfo, en la plaza principal frente a la residencia papal, todavía tratando de asimilar la emoción de haber visto y oído al Papa dirigiéndose a nosotros desde su balcón, me repartieron un folletito en el que se explicaba cómo rezar el Rosario. Tenía la sensación de como si Dios me estuviera diciendo "si de verdad quieres cambiar tu vida cultivando el encuentro con Cristo como te dice el Papa, esto es lo que debes hacer a partir de ahora". Por supuesto, las palabras no me venían así a la cabeza entonces, pero sí intuía que era un momento importante. Mi primer Rosario lo había rezado la noche anterior en el autobús, dirigido por un cura que hablaba por el micrófono. Recuerdo que recé mucho por ese encuentro con el Papa. Y lo recé por segunda vez un rato después del encuentro, dando vueltas por el patio que da entrada a la Basílica de San Pablo Extramuros junto a otros peregrinos, entre ellos el cura que nos acompañaba y el seminarista de quien escribí en otro artículo sobre la peregrinación.
Desde entonces lo he rezado casi todos los días, y visto en perspectiva creo que es el mejor regalo que me ha podido hacer Dios para ayudarme a acercarme a Él. En el Rosario nos agarramos de la mano de nuestra Madre María para que nos lleve de forma segura a Dios. Durante siglos millones de católicos se han acercado a los misterios de la fe católica gracias a esta maravillosa devoción.
La mecánica del Rosario es bastante sencilla. Lo único que nos hace falta es un pequeño esfuerzo por nuestra parte para dedicarle los veinte minutos o media hora que suele llevar. Pero ese esfuerzo es minúsculo en comparación con la alegría que da el saber que nos estamos poniendo en las mejores manos: las de María. Son las manos de Alguien que nos quiere mucho más de lo que nosotros nos podamos imaginar y que hará todo lo posible para conducirnos dulcemente a la Casa del Padre.
No hace falta ser culto ni sabio para rezar el Rosario. Pero Dios no necesita gente culta ni sabia, porque Él es todo Sabiduría. Sólo hace falta rezar con ilusión y confianza a María para que interceda por nosotros en todo momento, y al Padre para que tenga paciencia con nosotros, no mire con dureza nuestros fallos y nos ayude a quererLo más cada día, para que todos juntos podamos gozar en Su presencia algún día. Si algún día llegamos al Cielo, seguro que será porque María nos ayude.
Si quieres aprender a rezar el Rosario, te recomiendo que compres uno en alguna tienda de artículos religiosos. Por ejemplo en España puedes encontrarlos fácilmente en tiendas como las librerías Paulinas, o algunas tiendas en las proximidades de las catedrales, santuarios o incluso en algunas parroquias. Los hay por muy poco dinero. Los que me compré en una tienda cerca del Vaticano me costaron un euro cada uno, por ejemplo. Por como mucho dos ó tres euros deberías poder comprar tu Rosario.
A continuación incluyo un enlace en el que puedes ver de forma gráfica cómo se utilizan las cuentas en el rezo del Santo Rosario. En esta página se incluye también enlaces que llevan a las oraciones que hay que rezar en cada uno de los puntos:
http://www.ewtn.com/spanish/prayers/rosario/cuentas.htm#Modo
Debes saber que el rezo del Santo Rosario varía según el día en que estemos. En el siguiente enlace puedes ver una introducción general al significado de esta devoción, y una presentación esquemática de qué misterio se reza cada día de la semana. Además, si pinchas en la sección "Audio" debajo de cada uno de los misterios, podrás escuchar una grabación que te acompaña en en rezo del Rosario:
http://www.ewtn.com/spanish/prayers/rosario/main_index.htm
Te animo con todas mis fuerzas a que reces el Rosario si todavía no lo haces, y si puedes, que lo reces a diario. Verás que eso te irá transfomando hacia una mayor serenidad y una mayor facilidad para confiar en Dios.
Ánimo. Cree en Dios, habla con Él, acude a su Iglesia. Dios cree en ti y te espera con los brazos abiertos.
Un abrazo y que Dios te bendiga.
Mis primeros Rosarios los compré en esos días, uno en Asís y otro en el Vaticano. Siempre había sentido mucha curiosidad por saber qué era eso del Rosario, y me llamaba la atención porque me recordaba a unos collares de cuentas que sabía que se utilizaban para la meditación de mantras en algunas religiones orientales. Pero tenía una idea muy lejana de esta devoción, como si fuera algo propio de siniestros monjes medievales o algo así, o bien de personas masoquistas o de ancianas aburridas. Dios utilizó el momento que Él creyó más propicio para hacerme ver que estaba totalmente equivocado.
Cuando estábamos en Castelgandolfo, en la plaza principal frente a la residencia papal, todavía tratando de asimilar la emoción de haber visto y oído al Papa dirigiéndose a nosotros desde su balcón, me repartieron un folletito en el que se explicaba cómo rezar el Rosario. Tenía la sensación de como si Dios me estuviera diciendo "si de verdad quieres cambiar tu vida cultivando el encuentro con Cristo como te dice el Papa, esto es lo que debes hacer a partir de ahora". Por supuesto, las palabras no me venían así a la cabeza entonces, pero sí intuía que era un momento importante. Mi primer Rosario lo había rezado la noche anterior en el autobús, dirigido por un cura que hablaba por el micrófono. Recuerdo que recé mucho por ese encuentro con el Papa. Y lo recé por segunda vez un rato después del encuentro, dando vueltas por el patio que da entrada a la Basílica de San Pablo Extramuros junto a otros peregrinos, entre ellos el cura que nos acompañaba y el seminarista de quien escribí en otro artículo sobre la peregrinación.
Desde entonces lo he rezado casi todos los días, y visto en perspectiva creo que es el mejor regalo que me ha podido hacer Dios para ayudarme a acercarme a Él. En el Rosario nos agarramos de la mano de nuestra Madre María para que nos lleve de forma segura a Dios. Durante siglos millones de católicos se han acercado a los misterios de la fe católica gracias a esta maravillosa devoción.
La mecánica del Rosario es bastante sencilla. Lo único que nos hace falta es un pequeño esfuerzo por nuestra parte para dedicarle los veinte minutos o media hora que suele llevar. Pero ese esfuerzo es minúsculo en comparación con la alegría que da el saber que nos estamos poniendo en las mejores manos: las de María. Son las manos de Alguien que nos quiere mucho más de lo que nosotros nos podamos imaginar y que hará todo lo posible para conducirnos dulcemente a la Casa del Padre.
No hace falta ser culto ni sabio para rezar el Rosario. Pero Dios no necesita gente culta ni sabia, porque Él es todo Sabiduría. Sólo hace falta rezar con ilusión y confianza a María para que interceda por nosotros en todo momento, y al Padre para que tenga paciencia con nosotros, no mire con dureza nuestros fallos y nos ayude a quererLo más cada día, para que todos juntos podamos gozar en Su presencia algún día. Si algún día llegamos al Cielo, seguro que será porque María nos ayude.
Si quieres aprender a rezar el Rosario, te recomiendo que compres uno en alguna tienda de artículos religiosos. Por ejemplo en España puedes encontrarlos fácilmente en tiendas como las librerías Paulinas, o algunas tiendas en las proximidades de las catedrales, santuarios o incluso en algunas parroquias. Los hay por muy poco dinero. Los que me compré en una tienda cerca del Vaticano me costaron un euro cada uno, por ejemplo. Por como mucho dos ó tres euros deberías poder comprar tu Rosario.
A continuación incluyo un enlace en el que puedes ver de forma gráfica cómo se utilizan las cuentas en el rezo del Santo Rosario. En esta página se incluye también enlaces que llevan a las oraciones que hay que rezar en cada uno de los puntos:
http://www.ewtn.com/spanish/prayers/rosario/cuentas.htm#Modo
Debes saber que el rezo del Santo Rosario varía según el día en que estemos. En el siguiente enlace puedes ver una introducción general al significado de esta devoción, y una presentación esquemática de qué misterio se reza cada día de la semana. Además, si pinchas en la sección "Audio" debajo de cada uno de los misterios, podrás escuchar una grabación que te acompaña en en rezo del Rosario:
http://www.ewtn.com/spanish/prayers/rosario/main_index.htm
Te animo con todas mis fuerzas a que reces el Rosario si todavía no lo haces, y si puedes, que lo reces a diario. Verás que eso te irá transfomando hacia una mayor serenidad y una mayor facilidad para confiar en Dios.
Ánimo. Cree en Dios, habla con Él, acude a su Iglesia. Dios cree en ti y te espera con los brazos abiertos.
Un abrazo y que Dios te bendiga.
Muchas gracias, a tí, joven peregrino, por compartir tu experiencia con nosotros. Resulta muy animante ver como alguien que estaba alejado, ha vuelto a la Iglesia y con que entusiasmo y alegría lo cuentas. A veces, con los años, perdemos la perspectiva y dejamos de valorar la fe que Dios nos ha regalado... tus artículos me ayudan a ver mi fe con ojos nuevos. Unidos por la oración!
ResponderEliminarPor cierto, me encantan los enlaces que propones, especialmente el de la EWTN y RAdio María... por cierto, Ya podemos ver la EWTN en España!! A través de Imagenio y canales ONO. Unidos por la oración!!
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